3 cosas que hacer en San Ciprian / San Cibrao. Lugo.
Os traigo 3 cosas que os van a sorprender de San Ciprian o San Cibrao. Ésta es una de las poblaciones con más encanto de la A Mariña Lucense y quiero recomendaros tres cosas que hacer en este bello enclave.
Para empezar comentar que es un pueblo marinero que se adentra en el mar formando una pequeña península flanqueada por dos playas. Es una delicia pasear por algunas de sus calles que aún conservan cierto sabor marinero.
Y estas son mis tres propuestas para disfrutar de un San Ciprian un poco distinto:
1.- Museo del Mar.
Ubicado en un hermoso edificio de piedra y antigua sede de una escuela unitaria mandada construir por “indianos” para lograr una mejor educación para sus convecinos.
Ya sólo por eso merece la visita, donde veremos la historia de esta escuela, sus pupitres y demás enseres utilizados por la generación de nuestros bisabuelos.
La entrada es gratuita y la salida también
Pero lo importante es su contenido sobre el mundo del mar. Nos muestra aspectos sobre el arte de la pesca que fue durante muchos años la forma de vida de esos pueblos costeros; y aún sigue siéndolo en muchos de ellos, a pesar de ser una manera muy dura de vivir.
El museo alberga una importante colección de conchas de diversas especies de todo el mundo que hacían llegar a Don Francisco Rivera Casás (profesor de la escuela en los últimos tiempos), y que era un gran aficionado al mundo del mar.
También podemos encontrar una antigua máquina de vapor en perfecto estado que le encantará a los aficionados del mundo del motor.
En otra sala, podremos ver información sobre la pesca de ballenas que fue muy importante hasta mediados de los 80 del siglo pasado en el vecino puerto de Morás y que os recomiendo visitar para ver su parque etnográfico si os interesa el tema y queréis aprender algo más.
2. Puente medieval de O Vao.
Si avanzamos por la desembocadura del río Covo dando un agradable paseo de unos diez minutos, llegaremos al bucólico puente medieval. No lo veréis a primera vista, se encuentra escondido a doscientos metros del puente del ferrocarril de dos arcos.
A unos cien metros, siguiendo el curso del río, llegaremos a un precioso molino restaurado como vivienda; y a su izquierda, encontraremos un romántico bosquecillo fluvial flanqueado por dos canales que invitan a la relajación. Una sugerencia, si lleváis una empanada de xoubas y una botella de buen vino, podréis disfrutar de una comida agradable en las mesas habilitadas para ello en la zona.
3. Darse un baño en una pequeña playa al pie de una antigua fábrica de salazón.
Y como siempre dejo lo mejor para el final.
Una experiencia distinta y muy gratificante!!!!. Volvemos sobre nuestros pasos y siguiendo el recorrido del río que pasa a ser ría, veremos a nuestra izquierda las ruinas de un antiguo complejo salazonero con su orgullosa chimenea apuntando al cielo como recuerdo de un pasado glorioso.
Las ruinas son seguras y podemos ver los pozos de salado, entre otras instalaciones, donde se preparaban los barriles de sardinas saladas y que tanta hambre quitaron a la población de estos entornos.
Enfrente, hay una tranquila playa de arena blanca que solo es practicable con marea alta, pero fue un lujazo bañarse en esas aguas transparentes al pie de unas ruinas que consiguieron abstraerme de todo el stress; y lograr estar en paz conmigo mismo mientras flotaba en sus cálidas aguas.
Por si no lo sabíais, las aguas del Cantábrico son mas cálidas que las del Atlántico y además fijaros en su agua totalmente transparente.
Y dependiento de las mareas se crean paisajes dinámicos que hacen variar nuestra percepción y aquí tenéis una muestra.
La playa está poco concurrida y dispone de duchas para quitarse el salitre después de tan relajante baño.
Desde las viejas ruinas, hay un camino costero que nos lleva a la playa de Limosa, mientras vemos San Cibrao desde el otro lado de la ría.
Hasta aquí mis tres sugerencias para disfrutar de San Cibrao de una manera un poco distinta y sobre todo muy relajante. Hay mucho más que ver y hacer pero os invito a que lo descubráis vosotros mismos; y es que todo viaje tiene una parte de descubrimiento.
Por cierto, ¿tenéis hambre? Os recomiendo dos locales, O Noso Lar frente al Museo, un local moderno con aires marineros donde podemos disfrutar de un razonable menú del día y la opción mas “enxebre” es O Bodegón, que como su propio nombre indica es un bodegón tabernario que también dispone de un rico menú del día. Ambos locales son muy concurridos y casi os recomiendo reservar.
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