Playa de Centroña. Pontedeume. A Coruña.
Os traigo hoy una pequeña playa en las cercanías de Pontedeume y más por su valor paisajistico que por su valor como playa. Es Fácil llegar, salimos de Pontedeume por DP 4803, la carretera que va hacia Miño pasando por Perbes y tras recorres un par de kilómetros en una curva de casi 180º veremos a la derecha el desvío que indica playa e iglesia de Centroña.
Pasaremos por un mini bosque muy bonito hasta llegar a un crucero y un lavadero muy típicos de la arquitectura gallega. Lastima del “caseto” de bloques y uralita que afea el conjunto, también muy típico del paisaje gallego.
Pasaremos por debajo de la vía del tren bajo un túnel del que cuelgan unas enredaderas y le dan cierto aire bucólico al atardecer.
Llegamos a la iglesia de Centroña y ahí dejaremos el coche.
A la izquierda vemos un estrecha pista de cemento que desciende por un pequeño bosque y que tiene su encanto. Tiene su gracia que estés paseando por el medio de un bosque y a menos de cien metros este el mar ¡Cosas de Galicia!
La playa con marea alta se queda reducida a la mínima expresión, fijaos en las marcas de la arena mojada. Con marea baja o mareas muertas queda un arenal ya mas contundente y rodeado de verde. Las aguas son tranquilas y la arena dorada de grano fino. En el medio de la playa desemboca un pequeño regato.
Me encanta esa sensación de estar en un lago donde se suceden las manchas de verde con las poblaciones y es surcada por las embarcaciones disfrutando de una jornada de asueto o de pesca.
En frente podemos ver la televisiva población de Redes
Y las playas que están a la otra “beira” destacando el molino de mareas de Rio Castro (aquí tenéis un reportaje) y también vemos la población de Ares cerrando la ría.
Así que sentaros en una roca, respirar profundamente la fragancia del aire del mar y relajaos disfrutando las vistas. Dejad la mente en blanco y olvidad los problemas de trabajo, pareja o dinero, lo que importa es que disfrutéis de la vida y de momentos como este, lo demás no es importante…
Para volver después de haber limpiado cuerpo y mente debemos hacerlo por la carretera al lado de la iglesia hasta llegar a una cruz de hierro desde la que también tendremos una bonita vista de la ría y de Ares a lo lejos. Ahí cruzaremos por un estrecho puente sobre la vía del tren para volver a la general. Os animo a seguir hacia la derecha disfrutando de las vistas y de las populosas playas de Ber, Perbes o Miño.
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